jueves, 8 de septiembre de 2016

Cinco panes de cebada


Inicio de curso, también para los profes... y este post, quiere ser un homenaje a todos aquellos que lo son por vocación. 

Muriel acaba de aprobar unas oposiciones después de acabar magisterio, y ha sacado plaza.. pero no en Pamplona, sino en Beirechea... un pueblo al que llega un autobús cada cierto tiempo... y poco más.
La escuela, bueno, pocos la llamaríamos escuela: cuatro paredes desconchadas y alguna gotera; unas mesas, y alguna silla que necesita una pata nueva. Una escuela rural en la que ni siquiera existe una lista de alumnos fijos, porque tienen que ayudar en casa... 

La primera edición de la novela es de 1981;  es verdad que no habla de libros digitales, ni de pizarras interactivas, ni de resolver ejercicios buscando información en internet, ni de mochilas molonas... Quizá nos venga bien para imaginar otras escuelas, no solo las rurales de hace unos años, también otro montón de aulas de todo el mundo, donde todos esos adelantos aún son casi ciencia ficción. Pero sí es una novela que habla de ilusión, de fe en uno mismo, de superación, y de segundas oportunidades... y de cariño a los que nos rodean, y a lo que hacemos.

Seguro que has oído hablar sobre el milagro de los panes y los peces... aquel en que con muy poco, se logró alimentar a tantos... Eran Cinco Panes de Cebada.

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